|
En Michoacán, siempre tendremos un lugar para Usted.
Morelia capital del estado, donde la majestuosa Catedral de
cantera rosa domina el paisaje. Caminar por su centro histórico, cuyas amplias
avenidas se encuentran flanqueadas por maravillosos monumentos civiles y
religiosos de los siglos XVI al XIX, es un placer, pues se tiene la sensación de
habitar otros tiempos, sus calles, que invariablemente culminan en algún templo
o iglesia, fueron trazadas con la intención del rumbo de la fe.
Esta tribu, asentada dentro de los dominios territoriales del señorío unificado por Tariácuri, fue conquistada y sometida por los Tarascos, a los que estaban obligados entregarles tributo. Ciudad típica de la Tierra Caliente Michoacana y de gran connotación histórica, ya que en una de sus casas, ahora convertida en museo, el siervo de la nación, Don José Maria Morelos, promulgó la primera Constitución Política de América Mexicana Libre el 22 de octubre de 1814, durante la época de plena lucha contra la Corona Española. El 21 de abril de 1883 se le dió la categoría de Ciudad. Es hermoso darse una
vuelta a la Villa de Parácuaro, muy cerca de Apatzingán, donde se puede
disfrutar de reconfortables baños en su transparente y azulado manantial o
visitar los cascos de las Haciendas Coloniales que florecieron en el siglo XIX y
que son un ejemplo de desarrollo sustentable, atendidas por un colono italiano
que se avecinó en Tierra Caliente, y que con ideas innovadoras, cultivó las
tierras áridas con riego hidráulico y nivelación de suelos que dio como
resultado el florecimiento del arroz, algodón y el añil
El municipio de Paracho está integrado por ocho comunidades pintorescas llenas
de tradiciones y con grandes bellezas naturales y arquitectónicas. Visitar
Ahiurán, Arato, Cheranatzicurin, Quinceo, Urapicho, Nurio, Aranza y Pomacuarán,
es transportarse a otra época.
Una ruta directa es la autopista Morelia-Pátzcuaro-Uruapan, aunque también se puede llegar por la carretera federal No. 14 pasando por Tingambato. Otra alternativa es viajar por la carretera federal No. 15, tomando la desviación a la altura de Carapan y pasando los poblados de Cherán, Aranza, Paracho y Capácuaro. Antes de llegar a Capacuaro está la desviación que conduce al poblado de Angahuan y al Volcán Paricutín, que hizo erupción el 20 de febrero de 1943, así como los vestigios del Templo de San Juan Parangaricutiro que junto con el poblado quedó cubierto por la lava. A unos cuantos minutos se encuentra Zacán. Una interpretación muy aceptable, afirma que el nombre de Uruapan proviene del vocablo Purépecha Uruapani que significa el florecer y fructificar de una planta al mismo tiempo, lo cual se ha traducido como lugar donde todo florece. Por ello se le ha calificado como El vergel de Michoacán o Capital mundial del aguacate y cuando alcanzó el rango de ciudad en 1858 se le llamó Uruapan del Progreso. Sin embargo, el título más merecido es el de la verdadera cuna del maque, por la producción de bateas, jícaras, máscaras, cajas y otros objetos de madera, artísticamente decorados con esta técnica que se remonta a la época precolombina y consiste en recubrir cada pieza con una mezcla de aceites de origen vegetal y animal con minerales pulverizados que al secar deja una superficie dura y lustrosa, sobre la cual dibujan los motivos decorativos, resacándolos para embutir el mismo compuesto de la base pero de diferentes colores según se requiera. Los diseños logrados revelan la singular maestría y sensibilidad artística de los artesanos de los barrios uruapenses. La zona de Uruapan tuvo asentamientos prehispánicos. A la llegada de los españoles siguió la evangelización con frailes franciscanos destacando Fray Juan de San Miguel por su labor evangelizadora, de congregación de pueblos de esta región, su trabajo urbanístico y de creación de los barrios de Uruapan, se le considera como fundador de la ciudad en 1534. Entre sus múltiples atractivos, Uruapan cuenta con magníficos monumentos históricos como la parroquia franciscana que conserva parte de los muros del siglo XVI y en la parte posterior una portada plateresca que originalmente estuvo en la fachada principal, digna de admirarse; la Huatápera y las capillas de los barrios de la Magdalena, San Francisco mejor conocido como San Francisquito, San Juan Bautista, San Pedro, San Miguel y Santiago. En distintos puntos de la ciudad se encuentran obras de importantes michoacanos como las pinturas de Alfredo Zalce en el Hospital Civil, en la Escuela Eréndira de Caltzontzin y el mural de Manuel Pérez Coronado en el Parque Nacional.
Una ruta directa es la autopista Morelia-Pátzcuaro-Uruapan, aunque también se puede llegar por la carretera federal No. 14 pasando por Tingambato. Otra alternativa es viajar por la carretera federal No. 15, tomando la desviación a la altura de Carapan y pasando los poblados de Cherán, Aranza, Paracho y Capácuaro. Antes de llegar a Capacuaro está la desviación que conduce al poblado de Angahuan y al Volcán Paricutín, que hizo erupción el 20 de febrero de 1943, así como los vestigios del Templo de San Juan Parangaricutiro que junto con el poblado quedó cubierto por la lava. A unos cuantos minutos se encuentra Zacán. Una interpretación muy aceptable, afirma que el nombre de Uruapan proviene del vocablo Purépecha Uruapani que significa el florecer y fructificar de una planta al mismo tiempo, lo cual se ha traducido como lugar donde todo florece. Por ello se le ha calificado como El vergel de Michoacán o Capital mundial del aguacate y cuando alcanzó el rango de ciudad en 1858 se le llamó Uruapan del Progreso. Sin embargo, el título más merecido es el de la verdadera cuna del maque, por la producción de bateas, jícaras, máscaras, cajas y otros objetos de madera, artísticamente decorados con esta técnica que se remonta a la época precolombina y consiste en recubrir cada pieza con una mezcla de aceites de origen vegetal y animal con minerales pulverizados que al secar deja una superficie dura y lustrosa, sobre la cual dibujan los motivos decorativos, resacándolos para embutir el mismo compuesto de la base pero de diferentes colores según se requiera. Los diseños logrados revelan la singular maestría y sensibilidad artística de los artesanos de los barrios uruapenses. La zona de Uruapan tuvo asentamientos prehispánicos. A la llegada de los españoles siguió la evangelización con frailes franciscanos destacando Fray Juan de San Miguel por su labor evangelizadora, de congregación de pueblos de esta región, su trabajo urbanístico y de creación de los barrios de Uruapan, se le considera como fundador de la ciudad en 1534. Entre sus múltiples atractivos, Uruapan cuenta con magníficos monumentos históricos como la parroquia franciscana que conserva parte de los muros del siglo XVI y en la parte posterior una portada plateresca que originalmente estuvo en la fachada principal, digna de admirarse; la Huatápera y las capillas de los barrios de la Magdalena, San Francisco mejor conocido como San Francisquito, San Juan Bautista, San Pedro, San Miguel y Santiago. En distintos puntos de la ciudad se encuentran obras de importantes michoacanos como las pinturas de Alfredo Zalce en el Hospital Civil, en la Escuela Eréndira de Caltzontzin y el mural de Manuel Pérez Coronado en el Parque Nacional.
|
|